=)

si vas a usar algo de este blog avísame y/o pídeme permiso, no creo que de respuesta tengas un NO, solo dame créditos =), ahí esta mi correo, nada te cuesta mandarme un e-mail.

violin._.azul@hotmail.com

domingo, 18 de mayo de 2008

Dos. René mirando la luna

Ya era de noche, y como había sucedido las dos noches anteriores, no estaba ahí, su luna no estaba ahí.

Son las nubes, se decía, y eran las nubes las que se apoderaba del cielo, pero ya eran tres días, eran demasiados, le preocupaba.

Pero ¿y la promesa?, se dijo otra vez, no podía soportar la idea de romper su promesa.

Seguía caminado por las calles aun no pavimentadas de su barrio, apresuro el paso, pero ya no miraba al cielo, ya no, estaba enojado con el mismo y con las nubes, que no le dejaban ver su luna.

Llego a su casa y como de costumbre no había nadie,

Vives solo.

No sabia por que a pesar de llevar dos años viviendo solo, al entrar a su casa, aun tenia la esperanza de encontrar a alguien.

Busco en todos los cuartos, sabia que no encontraría a nadie, pero su obsesión le impedía hacer otra cosa que no fuera eso.

Quiero café, fue a la cocina, tomo el ya muy quemado vaso de aluminio, lo lleno de agua y prendió la estufa, el agua hirvió, preparo su café, me gusta muy cargado, lo decía como si hablara con alguien.

Tal vez no se daba cuenta de que hablaba solo y con su propia mente, ya eran dos años de la misma rutina, buscar, preparar café, luego sentarse a oler el café, nunca se lo bebía, solo disfrutaba el olor, como si fuera la primera vez que lo hiciera, la diferencia a los otros días era que no podía contemplar su luna por el ventanal, odiaba ese tipo de días, los días en que las nubes invaden el cielo.

Esperó, tenia esperanza en que el viento disolviera las nubes, y entonces, según el, ahí estaría su luna.

Se imagino de todo un poco, de Ana, de lo feliz que serian si ella estuviera viva, de lo feliz que serian si los dos hubieran muerto, de lo feliz o infelices que serian si no se hubieran conocido, ¿ella estaría viva si no nos hubiéramos conocido?, y se respondió: haberla conocido fue todo para mi, preferiría conocerla otra vez aunque supiera que va a morir, a no haberla conocido jamás.

Quería dormir pero el olor del café no se lo permitía; el tiempo seguía pasando y las nubes solo habían dejado ver el borroso deslumbre plateado de la luna.

Ana amaba observar la luna, le fascinaba. En los cuatro años de noviazgo con René y previos a su muerte, René nunca termino de entender la obsesión de Ana por la luna, hasta el día de la muerte de Ana, en que ella le hizo jurar que todos los días vería la luna, Ana le dijo, ¿sabes que es lo mejor de esto de la muerte?, en ese momento los ojos de René se llenaron de lagrimas, peor no dijo nada, solo apretó mas la mano de Ana, es que yo no voy a ir al cielo, voy a ir a la luna, prométeme que siempre verás la luna, René intento comprenderla, pero no pudo, no digas eso, dijo con un nudo en la garganta, intenta descansar, Ana cerro los ojos, pero prométeme que la verás, René miraba por la ventana del hospital comenzó a llorar, intentando no ser delatado por su voz le contesto, si amor lo que tu quieras.

Ana murió después de cerrar la promesa con René, el solo vio a los doctores llegar a la sala, una enfermera le pidió que abandonara la sala, y lo siguiente fue un hicimos todo lo que se pudo, desde entonces por dos años René había contemplado la luna todos y cada uno de los días después de la muerte de Ana, algunos días la luna lucía perfecta, pero otros días, como ese día, las nubes impedían la visibilidad de su luna.

Quería llorar pero no podía, le había llorado los mismos días que había visto la luna, también sin falta, pero ese día ya no pudo.

Una bella Ana de un brillante color plateado, caminaba en un parque en una oscura noche, se dirigía a una banca que ya estaba ocupada por una persona, Ana tomo asiento sin que el ocupante de la banca se diera cuenta. Ana cabizbaja miraba sus plateadas manos, pero eso no parecía sorprenderle, ¿y como van las cosas? Le pregunto Ana a un René que tampoco parecía extrañado por el plateado deslumbre de Ana, bien, le mintió.

El olor del café lo despertó, estaba recostado sobre la mesa, con el café a un lado, había soñado a Ana por primera vez en dos años, se sentía en blanco, ¿por que actuó tan indiferente con Ana en su sueño? Miró la luna, pero el cielo aun estaba nublado, ¿que hora es? Miro su reloj y eran las cinco con diez de la madrugada.

Tenía que trabajar ese día mas tarde, hecho un último vistazo a la luna y se conformo con el borroso brillo que las nubes dejaban ver, se marcho a su cama y se durmió.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Cuando el camino de dos personas cambia de dirección para separarse, lo único que se puede hacer, es desear un feliz viaje desearle suerte, exito, y que jamas carezca de amor. Puedes prometer que Jamas saldrá de tu corazón, pero no puedes prometer que seguirá en el mismo lugar, porque si eso fuese imposible,si no le pudieses cumplir, entonces tendrias que olvidarte probablemente de tu propia felicidad.
jiji te dejo con el siguiente pensamiento;

"si el mundo esredondo, y no recto, ten por seguro que aunque nuestros caminos se separen no volveremos a encontrar... al final de la vuelata, nos veremos nuevamente"

jaja por si algun dia te separas de alguna novia, este pensamiento cursi es muy útil jaja