Ocho. Entrevista a una mujer muerta.

Todo empezó como lo planeamos, la cita era en una vieja casucha abandonada, tal como habíamos acordado con Perla; no sabemos mucho de ella, solo lo mas importante, lo que nos importa, ella esta muerta.
En mi antiguo trabajo, también como periodista, solía salir a entrevistar a la gente, a buscar sus opiniones, y ahí fue cuando la encontré, en aquella vacía y negrusca plaza. Era diferente, en un principio fue lo que me llamo la atención para entrevistarla, pero al acercarme me di cuenta de que no era normal: su pálida piel desgastada, su cara inexpresiva, la seriedad absoluta que irradiaba, su cabello negro opaco; nunca había visto a alguien así. Al sentarme junto a ella en la banca para preguntarle sobre el papel que el gobierno ha tomado en la seguridad de la ciudad, todo se volvió frío, me di cuenta que no era nada normal, fumo de su cigarrillo y se marcho. Volví para saber mas de ella, siempre estaba ahí en la banca, siempre con el mismo vestido negro de tirantes, rasgado y tan opaco como su cabello, llevaba al cuello una pañoleta negra, sus zapatos eran de esos elegantes pero que todos sabemos que son incómodos.
Me llevo mas de tres meses conseguir la entrevista, pasado el primer mes me entere que me habían despedido de mi trabajo, pero eso no me importaba, tenia que descubrir que era lo que aquella mujer hacia, ¿Por que siempre ahí?, ¿Por que se marchaba siempre a la misma hora?, ¿Por que regresaba por las noches?, ¿Por que nunca nadie la notaba?
A mediados del segundo mes logre mantener contacto con ella, me dijo que yo nunca llegaría a lograr entender nada de lo que ella es, y la verdad en el poco tiempo que la había estudiado me era difícil comprenderla en lo mas mínimo, pasaba toda la noche sentada en la banca del parque, y no se marchaba hasta las 5 de la tarde del día siguiente para volver a las 10 de la noche y repetir así el ciclo eterno.
Al finalizar el segundo mes sucedió lo que nunca me imagine, y que aun hoy, me cuesta trabajo creer. Soy un fantasma, me dijo y yo me carcajeé, ella ni siquiera noto que me burlaba de ella, solo fumaba. Al principio me costo trabajo creerlo, hasta la madrugada aquella, desperté por el frió, era insoportable, y luego, ella estaba ahí sentada a los pies de mi cama, aunque me daba la espalda pude notar que tenia la mirada sobre el suelo.
¿Ahora me crees que estoy muerta?, debo aceptar que me moría de miedo, era imposible que ella hubiera entrado a mi casa, me senté junto a ella, al momento percibí un ligero aroma a flores que me recordaban vagamente la sensación de estar en un funeral y fue entonces que le creí. Ella solo se marcho, se fundió entre la oscuridad de mi casa, llevándose consigo el olor a flores fúnebres.
El siguiente mes me dedique a conseguir una entrevista, pero ella ni siquiera me volvió a dirigir la palabra, faltando algunos días para que terminara el tercer mes, una tarde sucedió lo inesperado:

Me senté junto a ella y ni siquiera intente hacerla hablar, pasó el tiempo y dieron las 5 de la tarde y como siempre ella se levanto y se marcho, pero esta ves dejo sobre la banca una nota el la que aceptaba la entrevista y en la que describía las circunstancias e indicaba el lugar y la fecha exacta.
Hoy es el día, dudo un poco si ella en religad se presentará, tengo en mis manos la nota que me dejo en la cual decía:

Aceptare tu entrevista, debes prometer alejarte de mi cuando sea terminada, no me busques después, solo contestare las preguntas que yo quiera y si algo no me llega a parecer me marchare, pero aun así debes prometer no buscarme mas…

Espérame en: Calle los manzanos #204. Col. Las Huertas, a las seis de la tarde el próximo 10 de agosto…

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Pretendí hacerlo todo en un solo post pero creo que por el bien de la historia tendrá que ser en dos partes, intenten adivinar cuando publicare la segunda parte…